Viene de la primera parte

La Consciencia y La Herencia Transgeneracional

(Parte 2)

Esta es la segunda parte del video sobre la consciencia y la herencia transgeneracional

Cuando estudiamos la herencia transgeneracional de cualquier persona, debemos tener presente que nuestros genes son programados determinando la forma en que responderemos en cada uno de los aspectos de nuestra vida: ellos reciben programaciones sobre si se espera que seamos personas sanas o personas enfermas, si tendremos capacidad de amar y ser amados, y hasta si podremos vivir una vida de abundancia, o toda nuestra vida sufriremos situaciones de escasez.

Pero lo bueno es que los estudios y experimentos de la epigenética, nos están diciendo ahora que los científicos han logrado descubrir cómo se pueden re programar nuestras herencias genéticas, mediante el control de nuestra mente.

Frente a cada una de las cosas que suceden en nuestra vida reaccionamos de la siguiente forma:

1. Primero pensamos algo al respecto. Y esos pensamientos pueden ser positivos o negativos. No existe ninguna obligación de pensar de determinada forma, pero el análisis transgeneracional nos dice que tenderemos a pensar de la misma forma en que lo han hecho aquellos ancestros de quienes somos dobles
2. Esos pensamientos generan sentimientos. Por ejemplo si tenemos pensamientos positivos como “Estoy por irme de vacaciones” eso nos llenará de alegría, pero si tenemos pensamientos negativos como “Tengo mucha mala suerte, seguro que esto que estoy emprendiendo va a salir mal por algún motivo” entonces tendremos miedo, inseguridad y estrés.

Una vez más el análisis transgeneracional nos dice que tenderemos a sentir tal como ya han sentido frente a la misma situación aquellos ancestros de los cuales somos dobles.

3. Y por último, la forma en que pensamos y sentimos, provocará algún tipo de reacción:
   1. O nos pondremos en movimiento cargados del entusiasmo generado por nuestros pensamientos positivos
   2. O nos paralizaremos por el miedo que provocan los pensamientos negativos. (Dependiendo de lo que hayamos pensado, tal vez no lleguemos a paralizarnos por completo, pero por lo menos tendremos mucha menos energía que cuando nos sentimos entusiasmados y felices)

Y es precisamente en esta tercera etapa de la existencia, donde la epigenética nos invita a ser los dueños de nuestra propia vida, nos invita a descartar o por lo menos atenuar nuestras herencias transgeneracionales negativas, hasta llegar a asumir el control de lo que deseamos que nos suceda.

Claro está que para que este control de nuestra vida pueda darse, lo primero que tenemos que practicar es el control de nuestra mente. Y esto me hace regresar al comienzo de mis enseñanzas, cuando yo les decía a mis alumnos:

“Nuestra vida es el producto de nuestros pensamientos”

Y nuestros pensamientos se pueden dominar mediante el control mental.

Así que el primer paso en el camino de la libertad, consiste en la toma de consciencia de la clase de herencias que nos motivan o dominan, y esto se logra mediante el análisis transgeneracional.

Y el segundo paso hacia el logro de todo aquello que soñamos lograr en nuestra vida, consiste en la práctica del control de nuestros pensamientos, pues ellos generarán las emociones y el estado anímico, que nos llevará a luchar y lograr aquello que deseamos, o a rendirnos y sufrir las consecuencias de nuestro estado mental negativo.

Y esto nos permite pasar de un mundo que ha sido creado sin que tengamos posibilidades de opinar al respecto, y frente al cual nos encontramos condenados por nuestra herencia genética, a otro mundo de posibilidades donde podemos llegar a convertirnos en los verdaderos dueños de nuestra propia vida.

Este punto es muy importante de destacar, pues si no podríamos pasar de una situación en la cual simplemente somos víctimas de la información contenida en nuestros genes, a otra situación en la cual estamos a condenados a ser víctimas del entorno en el cual nos desenvolvemos, y la realidad es muy diferente.

Tal como les he explicado en “El Secreto de La Lámpara Mágica”, hace miles de años el sabio Epícteto dijo en la antigua Grecia:

“El ambiente no es totalmente responsable de nuestras perturbaciones, sino que son nuestras percepciones las que nos causan el dolor psicológico”

Entonces la primera conclusión de la cual debemos partir. es que nuestra percepción de la realidad cambia no solo nuestra biología, sino también el lugar que tendremos dentro de la sociedad, pues tal como les explico en mi libro “Despierta”:

Formamos parte de un gran océano cósmico donde lo que sucede a cada uno de nosotros afecta a los demás.

Ya que:

No solo somos parte del mundo que nos rodea, sino que somos también el origen del mundo que nos rodea

Y a esto cabe agregar que no es lo que sucede en nuestras vidas lo que determina qué es lo que nos ha de pasar en el futuro, sino que eso está determinado por lo que PENSAMOS acerca de lo que nos sucede.

Cada vez que se nos presenta una dificultad podemos reaccionar de dos formas

• Pensar, esto no ha salido como yo esperaba, lo cual indica que no lo voy a poder lograr
• O: Esto no ha salido como yo esperaba, pero como no estoy dispuesto a renunciar a mi felicidad y mi futuro, lo volveré a intentar de una forma diferente.

Es decir que cada vez que nos enfrentamos a un fracaso, eso no nos transforma en fracasados, sino que solo nos dice que lo que queremos conseguir, no se puede conseguir de la forma en que lo hemos intentado, y que por lo tanto debemos intentarlo de una forma diferente.

Solo fracasa aquel que acepta la idea de que puede fracasar

Entonces si aprendemos a controlar lo que pensamos, podemos tomar control de lo que sentimos, y luego de los resultados que pueden provocar nuestros pensamientos, pero ahora debe prestarse especial atención al siguiente punto.

Para poder lograr un verdadero control de nuestros pensamientos, debemos tomar en consideración que tenemos dos mentes:

La mente consciente que es la mente de tu identidad personal, la mente creativa, la que nos identifica con lo que creemos que somos, la que nos permite resolver problemas, la que puede recordar el pasado, mirar el presente y pensar sobre el futuro

Y la mente subconsciente que es fundamentalmente una mente de hábitos, y entonces cuando aprendes algo, ya no necesitas volver a pensar sobre eso, sino que nos permite reaccionar automáticamente frente a la realidad.

(Continúa en la Parte 3)

Con mis mejores deseos
Dr. Roberto A. Bonomi

Sigue en la parte 3

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